Maullaba un gato ayer, hablaba
con voz ronca, pedía
presencia de gata.
Tonces mi hija Rosi dijo ahí,
ahí ronda otra vez ese gato dañino
que se mea en las plantas del jardín.
Sí, dije, lo oigo, anda
como dolorido y no voy a correrlo.
Dejalo hija dejalo, respetémoslo,
yo también anteayer de los antiayeres
vociferé al compás de una guitarra
en busca de la que fue tu mamá.
Jorge Leonidas Escudero
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Tierna, sensible y poética manera de enseñar a niño a sentir. A ver cuando nos regala algo suyo, querido hermano, que sé que su pluma sigue intacta. Un gran abrazo, celebrando tenerlo por estos espacios.
ResponderEliminarsabra esperar , mi fiel amigo , ando enmarañado entre consonantes que buscan vocales para tener sentido. abraxo
ResponderEliminar¿Desde cuándo su poesía fonética y automática, cadáver exquisito individual, busca sentido, viejo maestro? Larguesé, que va a ver que la magia sigue intacta. La hinchada agradecida: "los goles del Miguel, que ya van a venir". Date una vuelta por casa y comentame, que los Goliardos extrañan tus tragos magistrales. Besos de varón, con los labios apretados y los ojos bien abiertos.
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